Tengo un auto on vida propia


Esto debí compartirlo desde la semana pasada, pero por razones ajenas a mí (una flojera infinita) no pude hacerlo. Sin embargo lo comparto con ustedes.

Desde que mi auto, al cual de cariño llamo Chetito, ha sido muy especial desde que llegó a mi vida un 1o de Noviembre, y casi lo pierdo un 9 de Diciembre. Desde entonces nuestra relación ha sido muy especial. Cuando se accidentó lloré y lo extrañe mucho y es mi mejor amigo en el camino. Cantamos juntos. Reimos juntos. Se ha enterado de cosas que nadie más que él sabe. Ha viajado conmigo en dos ocasiones y vamos por más. En fin, siempre he sabido que tengo algo especial.

La semana pasada fui al cine. Y como toda persona normal dejé Chetito en su estacionamiento. Bajamos dos escaleras para llegar a la plaza y vimos la película (Ángeles y Demonios). Al terminar ésta, regresamos por él y subimos esas dos escaleras. Caminamos hacia donde suponía estar y no lo estaba. Subimos un piso más y tampoco estaba. Regresamos y mi desesperación ya se hacía notar. Vimos una camioneta y caminamos hasta ella para ver si no se escondía detrás. No lo estaba. Bajamos un piso y ahí estaba el audaz Chetito, en un lugar donde puedo jurar que no lo dejamos.

Saliendo del estacionamiento, nos dirijimos a la casa de Caleidoscópica cuando una patrulla que iba delante de nosotros enciende su torreta. El oficial nos indica orillarnos a la orilla. Una vez estacionado el Cheto, y mientras yo buscaba la tarjeta de circulación, se acercó el oficial. Bajé el cristal y el oficial con una imponente mirada nos dice: "Perdón, joven, no era con usted". Quien conducía la patrulla descendió igualmente de la unidad para dirigirse a mi person "Disculpe las molestias, era otro carro". Seguí mi camino precavidamente.

Ayer por la tarde decidí ir por helado con mi buena amiga Mayra. Fuimos a La Polar, una heladería de antaño ubicada en el centro de la ciudad. Estabamos muy a gusto platicando cuando me dí cuenta de la hora. Eran las 20:01 y yo tenía un compromiso con mi estimada Lupita Cuevas. Salimos a la calle con la sopresa de que Chetito no estaba.

"Tun tun tun"

No vimos cristales en el suelo, por lo que intuimos que no se lo habían robado. Inmediatamente después entró la llamada de Lupita, la heroína de la noche y me llevó a la Dirección General de la Policía Estatal de Caminos. Y ahí, en medio de la arena y junto a un tractor maloliente y una vieja camioneta estaba Chetito. Lo sentí asustado, pero no pude hacer nada. Sólo pude entrar a consolarlo y a recoger la tarjeta de circulación.

El registro decía que había sido llevado a las 20:14, por lo que si hubiera salido 5 minutos antes, probablemente me hubiera evitado pagar: $30 pesos de taxi, $460 de grúa, $260 de multa y $32 pesos de retén. Pero la noche que pasó el Cheto, eso nadie lo puede regresar.

En fin. Amo mi carro. Es mi mejor amigo. Y jamás lo cambiaría por nada. Excepto, tal vez, por un Smart-for-two.

¡Te quiero, Chetito!

1 comentarios:

Anónimo dijo...

jajajajaja aayy Dioooo' , la vdd sí estaba preocupada, x eso ayer estuve trankis después de... (:

Sabes ké? creo q x ahí hubo una personas (q no pudo ir), el cual nos echó la sal...ok no xD

Javi, te kieroooo =)

[[...mayra =) ...]]