En Memoria

Jorge Vidal Carrera
1909-2002

Hace algunos años en 1909 nació un hombre carismático, luchador, emprendedor, amante de la vida, ferviente católico y amoroso padre de familia y abuelo. Casi 93 años después la vida decidió que era momento de decirle adiós y en la madrugada de un día como hoy, pero del año 2002, la luz que despedía dejó de hacerlo.

Ya hace 7 años de aquel fatídico suceso en el que una caída y una negligencia médica hicieron que mi abuelito, Jorgito Vidal, regresara a su casa en una caja de madera para ser velado en el lugar que amaba y bajo estricta tradición católica.

Un día que jamás olvidaría, pues a mis casi 15 años se había ido aquella persona que al llegar nos regalaba la bendición, igual que cuando nos despedíamos, siempre en su sillón, siempre rezando o leyendo la biblia, siempre al lado de su familia, de su esposa, de sus hijos, de sus nietos.

Hoy lo recuerdo con tristeza, porque ya no está con nosotros, pero a la vez con mucho amor y respeto porque, pese a que no llegué a conocerlo de la forma en que hubiera yo querido siempre lo he tomado como ejemplo, porque su vida para mí sería la película perfecta.

Recuerdo también cuando tiempo antes pensamos que te nos íbas por un infarto cerebral que tampoco olvidaré: verte en el piso, tirado, con sangre en la cabeza en un día en que saliste sólo de casa a comprar palillos y cuando pensábamos que había sido un resbalón.

Sobreviviste, llegaste a ver la luz del nuevo milenio y poco faltó para que vieras nacer al último de tus nietos. Pero la vida por algo es así.

Abuelito, cuánta falta nos has hecho estos años, pero cuánto hemos aprendido de ti.

Siempre en mi mente, siempre en mi corazón, siempre vivo.